viernes, 16 de diciembre de 2011

CRISTIANISMO

El Cristianismo (del Griego antiguo Χριστός, Christós, "Cristo", literalmente "el Ungido") es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Sus seguidores creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.

Dentro de sus textos y escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, el cual constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias. Por este motivo es considerada una religión abrahámica junto con el Judaísmo y con el Islam.

Sus inicios datan de la primera mitad del Siglo I de la Era Cristiana. (Ya desde el siglo XX, algunos estudiosos no toman como fecha incontrovertible el año 33 d.C. para la muerte de Jesucristo. Sugieren que hay un desfase de 4 a 8 años entre el inicio del cómputo de la Era cristiana y la fecha precisa del nacimiento de Jesús de Nazaret, llamado Cristo.[1] Y en adición a esto, no hay clara certeza ni consenso entre estos autores de que éste haya muerto a la edad de 33 años, tal como algunos textos bíblicos parecen mostrar. Confróntese al respecto Jn 2:20, Jn 8:57 y Lc 3:23)[2] En sus primeras décadas, el cristianismo era considerado como una doctrina sectaria más entre las tradiciones judías e israelitas, al igual que otros cuerpos de ideas y creencias de esa parte del mundo.[3] Desde que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano en el siglo IV, ha influido de manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras. Según un estudio que lleva como fecha el año 2005, habría más de 2.100 millones de cristianos,[4] o cerca de un tercio de la población mundial, siendo la religión con más seguidores del mundo.

La palabra "cristianismo" proviene del griego χριστιανός, christianós, cristiano, la cual a su vez proviene del nombre propio Χριστός, Christós, Cristo, traducción del hebreo "Mesías" que significa "Ungido". El origen del término se indica en el libro de Hechos de los Apóstoles:

Creencias

El criterio generador para basar las creencias se encuentra en la Iglesia, la cual comenzó cuando Jesucristo fundó el cristianismo con la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, ungiendo a los apóstoles a los 50 días de haber ascendido a reinar desde la derecha de Dios Padre. Los escritos sagrados, entre los que destaca la Biblia, siendo la principal fuente doctrinal válida de muchas denominaciones, en particular las de corriente protestante.

Otra fuente doctrinal importante son la Tradición apostólica (especialmente para la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa), los concilios y los credos, aunque no poseen necesariamente la unicidad de criterios para su aceptación, ya que pueden ser asumidos total o parcialmente, o rechazados totalmente, dependiendo de la denominación. Algunas tradiciones cristianas, tales como los bautistas y las Iglesias de Cristo, aceptan estas creencias, pero no el credo mismo, debido a que los credos son considerados en estos grupos como no pertenecientes a las escrituras. Todo lo anterior sucede también con otros escritos aunque no poseen tanta aceptación como la Biblia. Sin embargo el catolicismo argumenta que fue gracias a su Tradición apostólica que tuvo los criterios para seleccionar los documentos válidos que constituyen el Nuevo Testamento y denominar los apócrifos , durante el año 397 en el concilio de Cartago. Además la imprenta solo se inventó en el siglo XV en Alemania, por tanto los creyentes no contaban con la biblia para sustentar su doctrina; había muy pocas biblias pues eran escritas manualmente por los monjes durante jornadas de varios años y eran demasiado costosas. Es decir que antes que los cristianos pudieran apoyarse en el Nuevo Testamento, tenían que hacerlo en la Tradición de la Iglesia.

Ya desde los primeros tiempos de difusión de las enseñanzas de Cristo y de las diferentes escuelas que formaron los discípulos suyos al final de su vida y su ministerios históricos, biográficos y humanos,[6] surgieron diferencias muy significativas respecto del papel e importancia de Cristo, de su misión redentora, de su naturaleza, y de su glorificación, y de muy numerosas cuestiones doctrinales referentes a su predicación y enseñanzas, la selección de textos que pudieron haberlas descrito de forma más correcta —el Nuevo Testamento, los llamados Logia (dichos o palabras) de Jesús, o bien, los evangelios y escritos gnósticos y apócrifos—, y la interpretación —textual o contextual— de los cuerpos de textos sagrados.

De hecho, de los doce que, según el testimonio de dos de los llamados Evangelios canónicos, habrían sido investidos como apóstoles de forma original, sólo cinco de ellos dejaron documentos que fueron admitidos en el Canon del Nuevo Testamento, el resto de los doce —incluyendo a Judas Iscariote—, y algunos de los cinco ya antes mencionados, pasaron a la historia como autores de documentos gnósticos, que, al paso de los siglos, dejaron de ser vistos como textos sagrados, llegando a ser tenidos por apócrifos.

Debe tenerse en cuenta que el nombre de cristianos ha sido compartido a través de los siglos, y no siempre de formas muy armónicas, por grupos numerosos de creyentes, cada cual, a su vez llegó a desconocer como cristianos a grupos con posturas dogmáticas concretas distintas de las propias. Dicho de otra forma, cristianos es el nombre común de grupos tan distintos entre sí como los católicos, marcionitas, arrianos, nestorianos, coptos, jacobitas, ortodoxos, cátaros o albigenses, anglicanos, protestantes, veterocatólicos y otros tipos de grupos que reflejan posturas dogmáticas concretas más disímiles.

La Iglesia católica adoptó ese nombre luego que los discípulos liderados por Pedro siguieron las instrucciones de Jesús cuando resucitó: "Vayan y lleven las buenas nuevas a todas las naciones", es decir: "catolisis" según como se narró en griego en los evangelios. O sea que 'católico' es un adjetivo que corresponde al sustantivo 'cristianos'. Se les acostumbró así llamar católicos por su trabajo evangelizador en viajes misioneros de nación en nación.

Los protestantes aparecieron con los reformistas quince siglos después y en los últimos tiempos se han denominado más como 'cristianos'. A través de los siglos, todos estos distintos grupos confesionales, o al menos doctrinales, reivindican a Cristo como su Maestro, Líder, Rey, Señor o Dios, y algunos, así mismo, como su Redentor o Salvador, acogiendo con gusto y todas sus enseñanzas —o cuerpos doctrinales que en su nombre les fueron entregadas—, y dando testimonio de estos hechos de múltiples maneras, que incluyen el dejarse privar de la existencia antes que renegar de su adhesión a él, o bien, de los valores, ideas o creencias de alguna u otra forma vinculadas a él.

Aunque existen enormes diferencias en las creencias entre unos cristianos y otros, la mayoría de las cuales basadas en diferentes interpretaciones de los mensajes bíblicos, aun así es posible plantear afirmaciones generales que describen las doctrinas de una gran mayoría, entre las que destacan: la pasión, muerte y resurrección de Cristo,

Cristo crucificado, de Diego Velázquez.
  • Jesucristo es el Mesías (o Cristo) descrito en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Las corrientes principales del cristianismo aseguran que es completamente Dios (o divino) y completamente humano.
  • La "Resurrección General", en la cual las personas que han muerto junto con los que se encontraren vivos para ese momento se levantarán de la muerte al final del tiempo, para ser juzgadas por Jesucristo.

No todos los cristianos han aceptado completamente estos estatutos de fe. De hecho, la mayor parte de los credos apuntan a diferenciar ciertas creencias de otros cristianos primitivos, los cuales son tomados usualmente como heréticos, ya que representan una divergencia consciente de la corriente principal del cristianismo. La mayoría de las disputas se centran en la divinidad de Jesús, la Trinidad, o ambos. Ejemplos de esto incluyen a los grupos ebionitas, los cuales niegan la divinidad de Jesús; los no trinitarios o unitarios, que rechazan el dogma de la Trinidad; los grupos docetistas, que niegan que Cristo haya sido humano; o los arrianos, quienes consideran que el Hijo de Dios es una criatura creada por Dios, pero no Dios mismo, entre otros.


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