martes, 7 de junio de 2011

Centro de estudios Cisneriano

El Palacio de Laredo es el más caprichoso de todos los monumentos con los que cuenta Alcalá de Henares. Comenzó a construirse en 1881 y fue terminado en 1884.Fue diseñado y realizado por el arquitecto, pintor y dibujante Manuel José de Laredo, que, además de miembro de la Academia de las Artes de San Fernando, fue alcalde de la ciudad entre 1891 y 1893. En principio, ésta iba a ser su residencia. Estilísticamente, su autor trató de hacer una 'obra total' en la que se combinaran elementos de todos los estilos arquitectónicos. Así, sobre la base del neomudéjar se alternan elementos góticos, renacentistas, pompeyanos y modernistas en una multiplicidad de ambientes, terrazas, jardines, salitas, torres, miradores y ventanas.A los elementos de diseño creados se suman piezas arqueológicas originales de diversa procedencia: bóvedas y columnas del Castillo de Santorcaz, artesonados y cupulines del Palacio de los Condes de Tendilla de Guadalajara, columnas del jardín de la Penitenciaria de Jesuitas de Monte Loranca y azulejos hispano-árabes procedentes del Palacio de Pedro I el Cruel (Jaén) y de Toledo. La fachada principal, tiene un esbelto templete en la esquina izquierda en el que, sobre cuatro columnas nazaritas, se levantan arcos de yeserías y un cupulín con escamas. En la esquina con el paseo de la Estación se alza el minarete, cubierto con otro cupulín de escamas, marcando el contrapunto a la mole del cuerpo central del palacio y estilizando la perspectiva del conjunto.En la parte que da a la calle Zuloaga se sitúa la antigua entrada de carruajes a la que se accede a través de un arco de herradura polilobulado, ligeramente apuntado y construído, al igual que el resto de las fachadas, en aparejo de ladrillo con gran variedad de dibujos geométricos. A sus lados se colocan garitas y miradores decorados con celosías moriscas. Rodeando el edificio aparecen terrazas, ventanales geminados, escaleras, columnas, y la constante presencia del cuerpo central, rodeado de ventanales trilobulados y torretas en las esquinas. En el interior se encuentran salas inspiradas en la Alhambra, con techos cubiertos por artesonados, yeserías y azulejos en los muros. Otras están pintadas al fresco con motivos platerescos y pompeyanos imitando arquitecturas o se recubren con telas o papeles pintados. Los ventanales siempre se cierran con polícromas vidrieras. La constante yuxtaposición de estancias y galerías se anima mediante escaleras, miradores, porches y puertas ocultas.Actualmente este bello edificio acoge en su interior al Centro de Estudios Cisnerianos de la Universidad de Alcalá.

Cisneros




Francisco Jiménez de Cisneros cuyo nombre de pila era Gonzalo más conocido como el Cardenal Cisneros .Nació en Torrelaguna, Madrid,en 1436 hijo de hidalgos pobres.Posiblemente fue enviado a la cercana villa de Alcalá de Henares en su adolescencia a hacer estudios de gramática; los continuó en el Colegio Mayor de San Bartolomé en Salamanca; de allí pasó a Roma en donde fue ordenado sacerdote.




Tras el fallecimiento de su padre regresa a España y consigue el arciprestazgo de Uceda, enfrentándose con el arzobispo de Toledo, lo que significó el encarcelamiento de don Gonzalo por el arzobispo, Carrillo durante algunos años. A pesar de su reclusión, Cisneros no renunció a su cargo, en el que fue mantenido por el cardenal Gónzalez de Mendoza, aunque el encierro debió de durar poco tiempo según se deduce en algunas biografías, pues poco después, en 1478, Cisneros era capellán mayor de la catedral de Sigüenza.


Sufrió una profunda crisis espiritual que le llevó a entrar en la orden de los franciscanos; fue entonces cuando sustituyó su nombre de Gonzalo por el de Francisco en honor a San Francisco de Asís. Se encerró en el convento de la Salceda y durante siete años llevó una vida monacal.
De allí lo sacó la Reina Isabel (Isabel la Católica) en el año 1492, tras convencerle de que aceptara ser su confesor, siguiendo los consejos del entonces arzobispo de Toledo, el cardenal González de Mendoza, primer protector de Cisneros.
Fue nombrado provincial de la orden franciscana y acometió en ella una profunda reforma; más tarde reformó el clero secular.
A la muerte del cardenal Mendoza en 1495, fue nombrado arzobispo de Toledo, lo que en la Baja Edad Media era ostentar el mayor poder tras La Corona, al ser Primado de España.




Labor cultural:

Durante su vida participó, en mayor o menor medida, en todo lo que se hizo durante el reinado de los Reyes Católicos y contribuyó de forma decisiva a la configuración del nuevo estado. Reformó la vida religiosa que había caído en una gran relajación moral y una variedad intelectual. Supo ver que toda renovación empezaba por la educación y, sin ser un erudito, fundó en Alcalá de Henares una de las instituciones que más ha influido en la cultura española: la Universidad Complutense de Madrid.

La universidad fue fundada en el año 1499 a partir del antiguo Studium Generale de Alcalá de Henares, del que Cisneros fue alumno. La Universidad Complutense fue la primera universidad renacentista, humanista y universal. Cisneros fue consciente de la transcendencia de su fundación y no escatimó esfuerzos para dotar a su Colegio del marco urbanístico adecuado, de una buena financiación y de los mejores maestros de la época, por lo que la villa de Alcalá de Henares se vio enormemente beneficiada con ello. La primera piedra del edificio que lo albergaría la puso Cisneros el 14 de marzo de 1501; en 1508 comenzaron las clases y en 1510 dotó a su fundación de unas Constituciones.